Brevemente sobre la Flota de la Libertad

La entrada de Turquía en la batalla árabe-israelí con esta fuerza ha empezado a dar sus frutos con una rapidez inusual. Como si no podemos explicar el hecho de que el consejo de seguridad haya convocado una reunión de urgencia en pocas horas para discutir la carnicería israelí. Ó que el presidente de Egipto Hosni Mubarak se precipitara para abrir el paso fronterizo de Rafah. Por no hablar de las manifestaciones que han recorrido todo el territorio turco clamando venganza por sus paisanos que han perecido injustamente a manos de comandos israelíes.

¿Desde cuando el consejo de seguridad se reúne de esta forma tan meteórica para tratar una agresión israelí?
El señor Recep Tayeb Erdogan ha sido más árabe que los propios árabes cuando trató con esta valentía y fuerza el asunto del ataque israelí, cuando pidió una reunión de urgencia de naciones unidas y otra de la OTAN, llamó a consultas al embajador turco en Tel-Aviv, condenó el ataque a la flota de la libertad llamándola terrorismo de estado, y amenazó al estado israelí para no colmar la paciencia turca.

Este lenguaje nunca lo habíamos oído desde los tiempos del líder egipcio Jamal Abdennaser a mediados del siglo pasado, y estas actuaciones de hombría han desaparecido absolutamente del diccionario de los líderes árabes en estos tiempos, incluso, me atrevería a decir que criticar a Israel se ha convertido en todo un pecado.
Actualmente, Israel vive el peor momento de su corta historia, no a causa de un esfuerzos militares o diplomáticos del mundo árabe sino porque este estado genocida desprecia a los árabes, desprecia las leyes internacionales y todo aquello lo hace bajo la protección permanente del gobierno de los Estados Unidos y bajo un sospechoso silencio europeo. Esta manera de ser tan prepotente y déspota es precisamente lo que les condujo a los responsables (mejor dicho irresponsables) israelíes a cometer esta locura y actuar como cualquier pirata haría en alta mar.
Benjamín Netanyahu se ha doctorado en la mentira como todos los responsables israelís, y la mentira más estúpida que defiende ahora es que sus soldados dispararon armas de fuego en defensa propia –típica justificación por parte de Israel- , es decir, defendiéndose de gente desarmada y desamparada en medio del mediterráneo y que fueron sorprendidos con helicópteros lanzando comandos de élite sobre cubierta a dos horas del alba con disparos en todas direcciones.
¿Que esperaban los israelís cuando abordaron un barco en alta mar? ¿Acaso esperan que los navegantes les esperen con flores de colores? ¿Acaso quieren que los reciban con un baile de bienvenida?
Los barcos no llevaban bombas o misiles, nadie iba armado a bordo, solo sillas eléctricas que iban para los ancianos que perdieron alguna de sus partes en la guerra de gaza en 2009 ó maquinas para depurar el agua que los israelíes prohibieron la entrada a la franja para matar a su población con cólera o fiebre tifoidea.
Y es gracioso que sean los israelíes los que acusen a los organizadores de estas flotas humanitarias por utilizar tal viaje como este como propaganda contra Israel mientras que los sionistas hicieron lo mismo hace 70 años cuando llenaban los barcos de inmigrantes judíos que se salvaron del holocausto para obligar a las fuerzas británicas -que ocupaban en ese momento las tierras palestinas- a que les permitiera la entrada en Palestina, cosa que el gobierno británico evitaba por miedo a una revolución de la ciudadanía.
Y lo más peligroso es que los lideres sionistas que organizaron estos viajes - el último fue en 1947 con casi 4500 inmigrantes a bordo- forzaron el choque con las fuerzas británicas que bloqueaban por mar la zona y divulgaron la noticia de que bombas de gas británicas habían matado a un niño judío con lo que querían ganarse la opinión pública y conseguir que se permitiera un estado judío en palestina.
Desgraciadamente, estas presiones sirvieron para sacar una resolución de naciones unidas, y después se pudo  comprobar que el niño judío no había muerto a causa de las bombas de gas británicas como había anunciado el periódico daily mail sino días después de la confrontación.
La pregunta que nos hacemos es qué hubiera pasado si Mahmud Ahmadinejad hubiera interceptado un barco americano o británico o incluso noruego en aguas internacionales y hubiera disparado a sus ocupantes y transportado el navío a un puerto iraní.
La respuesta es muy clara y conocida, se habría considerado esta operación como un acto de guerra, se habrían activado todas las flotas occidentales que operan en Oriente Medio y se habría atacado Irán. En el mejor de los casos, se hubiera redactado una resolución de Naciones Unidas para castigar al régimen islámico con sanciones de todo tipo.
Todos los líderes israelíes son criminales de guerra, y es urgente que se investigue este fatal incidente con rapidez e independencia para saber realmente que ha pasado allí, empezando con Netanyahu que dio luz verde al ataque, pasando por el general Gabi Eshkenazi y terminando con el ministro de defensa Ehud Barak.