internet advertising ORIENTE ARABE: septiembre 2010
Egipto: El presidente Morsi visita China e irán en su primera salida internacional   Líbano: Se ultiman las últimas medidas para empezas a excavar en los pozos marítimos de petróelo   Siria: El Assad dice que la batalla es regional y mundial y que se acerca el final   EE.UU: La primera entrega de cazas F-16 a Iraq en 2014   Hasan Nasrallah: la guerra contra el Líbano tendrá un altísimo coste y podemos cambiar la faz de Israel   Irán: Ban Ki Moon llega a Teherán e Irán acepta que visite instalaciones nucleares   Israel: Ninguna condena al conductor del Bulldozer que mató a Rachel Corrie     

martes, 28 de septiembre de 2010

Brevemente sobre el resultado del referéndum de Turquía

La victoria del sí en el referéndum que se ha celebrado en Turquía el 13 de Septiembre es una victoria resonante y un gran paso en el camino para sentar una base sólida para un estado democrático moderno en armonía y paz con su historia y su identidad islámica, dejando atrás una página dictatorial secural extremista impuesta por el occidente colonial que la ha alejado del mundo árabe e islámico durante casi un siglo.

Es una paso más añadido a los marcados por el anterior primer ministro y líder islámico Najmeddin Erbakan, después de que la exitosa invasión de Occidente demoliera los cimientos del último califato islámico en 1924 y después de la exclusión del Islam del gobierno junto con el desmantelamiento de los elementos de carácter islámico en el país, poniendo a Europa como referencia a seguir.

En todos estos años y siempre y cuando soplaban aires de cambio mediante los elementos democráticos que permitía la constitución turca, la junta militar no dudo ni un momento en volver a practicar lo que se convirtió en una adicción ejerciendo un control sobre la sociedad y el estado mediante golpes de estado e imponiendo constituciones que velaban por su supremacía y la formación de un núcleo duro que manejaba el país desde la discreción.

Muchas de esas intervenciones del ejército pudieron concluir en guerra civil, pero el movimiento islámico tuvo la suficiente madurez como para no promover ninguna acción de venganza o revancha.

Todo lo contrario, después de cada intervención militar, el movimiento islamista en Turquía se reagrupaba y formaba nuevos partidos políticos quizás el partido de Justicia y Desarrollo que preside Erdogan sea el más importante hasta el momento debido al apoyo con el que cuenta entre la población turca. Las claves de su éxito residen en un discurso moderno ampliando las libertades individuales en armonía con las normas europeas para un estado democrático moderno. De esta forma, acalló las voces que le achacaban su discurso islamista y logró poner a los militares y todos los grupos políticos que les apoyan en un rincón oscuro satisfaciendo el deseo popular de elevar al máximo las libertades en la sociedad turca.

Este discurso fue apoyado por un programa económico eficaz elevando el nivel de vida de los ciudadanos, posibilitando una competencia empresarial constructiva y promoviendo los derechos humanos y la democracia. El partido también ha buscado conciliarse con su identidad islámica propia de su entorno e historia y después de muchos años ha vuelto a defender las causas conjuntas con el vecindario árabe y musulmán como es la causa Palestina.

Esta popularidad dentro de Turquía y las reformas llevadas a cabo han otorgado a Turquía una silla en el club G20 atreviéndose incluso a romper la tradición de seguir a Occidente en cualquier aventura al negarse a participar junto a Estados Unidos, Inglaterra y España en la invasión al Irak de Saddam Hussein.


Todas estas políticas no han sentado bien en los sectores laicos de la sociedad atrincherados en una serie de instituciones constitucionales y jurídicas elaboradas por los militares para garantizar su tutela sobre el futuro del país.

Es por ello que los líderes del partido Justicia y Desarrollo los señores Erdogan (primer ministro), Abdallah Gül (Presidente de la república) y Ahmet Davutoglu (ministro de exteriores) han tenido que lidiar con una serie de batallas políticas y constitucionales para romper la tela araña militar tejida sobre la voluntad del pueblo turco. Batallas todas ellas muy agresivas pero que son necesarias para liquidar un estado policial y militar y permitir un gobierno democrático al mismo nivel de las democracias contemporáneas, dónde no haya voz sino la del pueblo.

En un claro ejercicio de hipocresía política, partidos nacionalistas y kurdos han intentado boicotear este último referéndum aún sabiendo que el contenido de las reformas que ha presentado el partido del gobierno defienden la libertad de los partidos (todos los partidos) y eliminan la tutela del ejército sobre instituciones estatales tan importantes como es el tribunal constitucional.

Lo que ha pasado en Turquía es un paso importante a nivel del país y a nivel de la región, puesto que eleva a Turquía a un nivel muy superior y si se sigue con las reformas a través de enmiendas constitucionales conseguirán enterrar por completo la herencia de Ataturk, consolidando las bases para un estado democrático moderno en armonía con su pasado e identidad islámica.

¿Podría ser el modelo turco válido para repetirlo en el mundo árabe? Puede parecer que sí con la existencia en los países árabes de movimientos islámicos moderados muy similares al movimiento islamista gobernante en Turquía, pero las diferencias siguen siendo abismales y casi imposibles de superar.

El obstáculo principal no es la existencia de corrientes islamistas y seculares en los países árabes sino en la propia naturaleza del país árabe que es muy distinto del estado turco que a pesar de las innumerables intervenciones del ejército sigue siendo un país moderno.

Una prueba de ello es que Turquía se basa en instituciones constitucionales y unas elecciones libres sin exclusiones y una alternancia en el gobierno cosa que no pasa en la mayoría de los países árabes.

Esto quiere decir que el mismo estado tiene mecanismos para una reforma democrática moderna desde el interior y eso es precisamente lo que hicieron los islamistas liderados por el partido de Justicia y Desarrollo.

Sus formaciones fueron disueltas más de una vez por los militares, pero volvían al día siguiente a levantar banderas diferentes sobre las mismas sedes. Mientras que el estado árabe guardián de la división árabe y protector del estado sionista y los intereses occidentales es de otra naturaleza, centrado en la persona del gobernante, es un estado que pertenece a la antigüedad pero con una apariencia falsa de modernidad y es por ello que todos los intentos de cualquier tipo de reforma fracasan, dónde la política ha muerto, imponiendo a la oposición a dejar de hablar de reformas para salir a la calle para pedir el cambio en desobediencia civil.

El modelo turco es una vergüenza para todo tipo de extremismo, ya sea en nombre del Islam que ven en la religión una forma del monopolio de la verdad, el asesinato y la exclusión del otro en un grave prejuicio a la tolerancia y la justicia del Islam. Ya sea en nombre de la laicidad, la democracia y la modernidad que utilizan estos términos para ejercer las peores formas de represión contra sus oponentes, manteniendo al mismo tiempo relaciones y alianzas con los enemigos de la nación como es el movimiento sionista.

El éxito del modelo turco representa un desafío y una amenaza para todo tipo de extremismo ya sea en nombre del Islam o en nombre del laicismo y la modernidad.

Finalmente, el resultado del referéndum turco es el regalo más preciado a la nación islámica que alivia un poco el dolor por las heridas sangrantes en Palestina, Irak, Afganistán, etc. infringidas por aquellos que proclaman el Islam y la laicidad en sus caras más extremas.

Rashid Ganuchi: Pensador y opositor tunecino.
Traducción de un artículo de opinión publicado en Aljazeera el 17/09/2010

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viernes, 24 de septiembre de 2010

Brevemente sobre las próximas elecciones presidenciales de Egipto

La escena política en Egipto estos días y desde hace unos meses gira sobre la sucesión al “trono” del presidente Hosni Mubarak. El hombre que gobierna el país con puño de hierro desde 1981 tiene ya 82 años y su mal estado de salud no pasa desapercibido a nadie ni dentro ni fuera del país.
Y es que a un año de celebrarse las elecciones presidenciales (Noviembre de 2011), el presidente todavía no ha afirmado si se va a presentar como candidato ni ha presentado a ninguna persona para que le suceda.
Desde hace un tiempo, el hijo banquero Jamal Mubarak (1963) ha salido a la escena política en su intento de imponerse como una continuación al estilo de su padre. Ayudado en multitud de ocasiones por gestos y palabras del todavía presidente que sabe que para su proyecto de “sucesión hereditaria” cuenta con el apoyo del partido nacional democrático (partido gobernante) pero con una clara oposición del ejército que exigen a una persona con historial militar para el puesto de presidente como dicta la revolución de 1952.
Desde luego, cuenta con la oposición de la mayoría del pueblo egipcio, pero eso hace tiempo que no le preocupa a Mubarak.
Junto a Mubarak hijo, hay dos aspirantes que cuentan cada uno con un apoyo importante en el país. Por una parte, tenemos al general Omar Suleiman (1936), jefe de los servicios secretos egipcios y hombre fuerte de Hosni Mubarak, responsable de asuntos importantes para la seguridad nacional del país tales como la relación con Hamas (considerado por Egipto como una extensión en la franja de Gaza del grupo de los hermanos musulmanes prohibido en el país) y las negociaciones (hasta el momento fallidas) entre las facciones palestinas de Hamas y Fatah.
La otra opción es el premio Nobel de la Paz Mohamed El-Baradei (1942), mucho más conocido por la comunidad internacional porque fue el presidente de la Agencia Internacional de Energía Atómica durante el ataque de Estados Unidos a Irak. Cuenta con el apoyo de la base popular y una amplia mayoría de los partidos opositores del régimen como los Hermanos Musulmanes.
El mayor problema de Egipto es que el partido gobernante esta repleto de personas con muy pocos escrúpulos capaces de hacer todo para mantener este sistema de gobierno del cual se benefician a costa del pueblo y sus desgracias. Es una clase política corrupta que extiende su mano a todos los sectores del país, ensuciando todo lo que toca.
El mejor ejemplo para ello es que medios de comunicación afines a esta corriente gobernante se han atrevido a cambiar una foto oficial de las negociaciones de paz entre palestinos e israelíes para poner la misma foto pero con el Presidente Mubarak al frente de Barak Obama, El rey de Jordania, El presidente palestino y el primer ministro israelí. Desde luego, hay que ser patético. No creo que el presidente Mubarak ordenara a hacer tal retoque a una foto que ha dado la vuelta al mundo, pero la clase política y los hombres de negocio que le rodean y se benefician de su mandato lo han organizado.
Este ejemplo ha llegado perfectamente al lector occidental porque ha habido medios que lo han citado (puede ser por la gravedad o por la rareza del asunto), pero como este suceso, hay otros tan raros y extraños que no interesan a los medios occidentales.
Otro ejemplo, El mes de Ramadán pasado hubo mucho descontento entre sectores de la población que vieron como en pleno mes sagrado se quedaban sin electricidad durante varias horas al día y otras tantas por la noche. En realidad, Esto no sería noticia en otro país que se cuenta como país en vías de desarrollo. Pero si tenemos en cuenta que Egipto tiene grandes reservas de petróleo y gas y que estos bienes naturales son vendidos a Israel (Estado con el que estuvo en guerra en 1956, 1967 y 1973) y además por un precio aproximadamente 10 veces menor del precio de mercado internacional la cosa cambia.
Además de todo lo anterior, Israel en vez de agradecer al presidente egipcio estos regalos (sin precedentes en el mundo entero) se dedica a promover inversiones y ayudas en los países dónde se encuentra la fuente del Nilo para que creen grandes presas hidráulicas a fin de beneficiarse del agua y limitar la llegada de este a Egipto comprometiendo seriamente la seguridad alimenticia (y nacional) de Egipto que depende en un 95% de las aguas de Nilo para abastecerse.
Es muy curioso ver en nuestros tiempos en lo que se ha convertido la revolución más importante en el mundo árabe como fue la de los generales libres de Egipto de 1952 y que derrocó al rey Faruk de Egipto trayendo a Gamal Abdel Nasser, el líder árabe más importante del siglo XX y en el que se inspiraron muchos otros como Gaddafi o Saddam Hussein.
La corrupción y la ausencia absoluta de cualquier tipo de democracia en Egipto explican en gran medida la situación desastrosa en la que vive el mundo árabe, puesto que Egipto es el país árabe más influyente y más grande. Y si Egipto esta mal, el mundo árabe estará mal o peor.
Es urgente que el pueblo Egipcio tome las riendas del poder realmente y elija al líder que pueda solucionar sus problemas económicos y sociales, que haga que se normalicen las relaciones con todas las capitales del mundo árabe y musulmán incluyendo Irán.
Sólo así se podrán emprender proyectos de unión en el mundo árabe e islámico que nos hagan fuertes a ojos del mundo entero.

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martes, 21 de septiembre de 2010

Las últimas palabras de paz en Oriente Medio.

El presidente de la autoridad nacional palestina Mahmud Abbas ha accedido finalmente a iniciar negociaciones directas con las autoridades israelíes a fin de encontrar una solución para el conflicto palestino-israelí.

Este paso, pronosticado por muchos, viene después de que las negociaciones indirectas entre las dos partes y que duraron unos cuántos meses fracasaran estrepitosamente.

Mucho se ha hablado los meses anteriores al comienzo de las negociaciones acerca de las presiones a los que se ha visto sometido Mahmud Abbas por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, pero el presidente –cuyo mandato ha expirado- ha insistido en que él no se sentaría con los israelíes hasta que estos congelen de por vida la construcción de asentamientos para colonos israelíes en Cisjordania.

Al final, Abbas ha tenido que bajarse del árbol al que se había subido con sus condiciones y ha accedido a sentarse con los israelíes aludiendo que tiene “el beneplácito de la Liga de Naciones Árabes”.

La clave de este cambio es muy simple. La autoridad nacional palestina se financia principalmente por dinero europeo y americano. Los asalariados que malviven de la organización de Oslo no trabajan para la autoridad palestina por convencimiento sino simplemente por el sueldo que se les ingresa mensualmente en sus cuentas bancarias.
En el momento en que le cortan el grifo a Abbas desde la “comunidad internacional”, éste perderá cualquier autoridad que pueda tener sobre los distintos órganos de gobierno en Ramallah.

De todas formas, me cuesta creer que Abbas y su equipo de “negociadores” cuenten con las suficientes herramientas para intentar imponer alguna de las condiciones que exigen para llegar a la paz. En las anteriores conversaciones entre Israel y Palestina, cuando vivía todavía Yasser Arafat, este ejercía una influencia sobre las facciones armadas de Fatah e incluso sobre Hamás. Actualmente, Abbas no cuenta con nada eso, porque Fatah se ha convertido en un partido político hecho por empresarios y hombres de negocio que no quieren saber nada de las armas. Y Hamás no rinde pleitesía sino es ante Siria e Irán que le brindan protección y armamento desde el exterior. La única arma que tiene Abbas es amenazar con parar las negociaciones y eso no es ni serio ni inteligente.

El anfitrión de las negociaciones, el premio Nobel de la Paz Barak Obama, ha perdido toda esperanza de ejercer cualquier influencia sobre Netenyahu en el asunto de los asentamientos, y como no podía ser de otra manera, ha buscado el eslabón débil del conflicto para poder juntar a israelíes y palestinos como hicieron la mayoría de sus antecesores en la Casablanca, lo cual considera importante para las próximas elecciones al Congreso.

En frente, Netenyahu busca romper el asedio y bloqueo al que esta sometida Israel después de la operación Plomo Fundido en Gaza y la matanza de la flotilla de la Libertad en aguas internacionales.
Pero no será fácil para Netenyahu convencer a su socio el extremista Lieberman a la hora de frenar la continua colonización de Cisjordania.

Hamas como parte activa en el conflicto se ha visto marginada por enésima vez de este proceso de diálogo. Hay que recordarle al lector que Hamás por muy terrorista que pueda parecerle a un “occidental”, fue elegida democráticamente por el pueblo palestino en 2005.

Europa y Estados Unidos están cometiendo un error muy grave al no tener en cuenta al 60% de los palestinos que no votaron a Mahmud Abbas ni a su partido político que lo apoya. Esto hará que cualquier acuerdo que se pacte sólo sea tinta sobre papel igual que muchas de las resoluciones de Naciones Unidas para la región, imposibles de materializar sobre el terreno.

No sé a dónde llevarán estas negociaciones ni cuanto tiempo van a durar. Pero lo que parece claro es que van a ser las últimas palabras de paz que se escuchen en Oriente Medio.

Para ser más objetivos, estas negociaciones les beneficia a todo el mundo menos a los palestinos que se aferran a 4 puntos que debe cumplir cualquier proceso de paz válido. Un estado palestino según las fronteras de 1967, Jerusalén como capital de su país, la liberación de los casi 10000 palestinos en las cárceles israelíes y la vuelta de los refugiados y exiliados a Palestina. Cualquier acuerdo que ignore estos 4 requisitos no será aceptado por la mayoría del pueblo palestino por más sueldo que se pague y por más centros comerciales que se levanten en Cisjordania. Abbas sabe eso perfectamente y los israelíes también lo saben.

Estos 4 requisitos para la paz por parte palestina chocan frontalmente con las condiciones de la parte israelí sobre todo después de las últimas elecciones celebradas en 2009.

Los israelíes quieren a Jerusalén como capital para su estado “judío” (un estado judío es aquel dónde no tienen cabida otras creencias tales como islámica o cristiana), no van a abandonar las colonias edificadas encima de suelo palestino del 67 (el actual ministro de exteriores israelí vive en una de ellas) y sobre todo nunca permitirán el retorno de los exiliados y refugiados que cuentan por millones a lo lardo de todo el mundo.

Con todo lo anterior, la paz parece imposible de lograr. A menos que se imponga desde occidente un acuerdo de paz como el de Oslo que complique aún más la situación para los próximos años.

Finalmente, Occidente se equivoca al intentar imponer una solución sobre esta cuestión sin tener en cuenta a actores tan importantes en la región como son Siria o Irán.

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