internet advertising ORIENTE ARABE: marzo 2011
Egipto: El presidente Morsi visita China e irán en su primera salida internacional   Líbano: Se ultiman las últimas medidas para empezas a excavar en los pozos marítimos de petróelo   Siria: El Assad dice que la batalla es regional y mundial y que se acerca el final   EE.UU: La primera entrega de cazas F-16 a Iraq en 2014   Hasan Nasrallah: la guerra contra el Líbano tendrá un altísimo coste y podemos cambiar la faz de Israel   Irán: Ban Ki Moon llega a Teherán e Irán acepta que visite instalaciones nucleares   Israel: Ninguna condena al conductor del Bulldozer que mató a Rachel Corrie     

sábado, 26 de marzo de 2011

Israel se está acordando de Mubarak.

La situación en la sitiada franja de Gaza se calienta otra vez y se prevé una primavera caliente en la zona. La tregua que tenían por una parte las facciones palestinas de Hamás y Yihad Islámica entre otras y por otro Israel se está resquebrajando principalmente porque se sostenía en pilares que se han derrumbado con la salida de Hosni Mubarak de su “trono” de Egipto.

Después de la operación “plomo fundido” que ha causado más de 1400 víctimas mortales palestinas -la mayoría de ellas mujeres y niños- y ante la imposibilidad de que se pudiera acabar con el gobierno islámico de Hamás, Israel declaró una tregua unilateral no sin antes haber implicado al Egipto de Mubarak -bajo presiones de la administración norteamericana- activamente en el bloqueo de Gaza para no permitir el paso de armamento a las milicias palestinas ayudándose para ello del muro de la “vergüenza” que se empezó a construir a lo largo de la frontera Egipcio-palestina con la participación de ingenieros especializados estadounidenses. Todo esto en un intento desesperado por que los ciudadanos palestinos en Gaza se levantaran y consiguieran liberarse del gobierno -terrorista según Israel, golpista según Mahmud Abbas- de Hamás.

Este plan diabólico y nazi ha sido multiplicado por cero por la revolución del pueblo Egipcio y la consecuente salida del presidente Hosni Mubarak, lo cual ha abierto la puerta a un gobierno de transición que tiene como ministro de asuntos exteriores al señor Nabil Al Arabi, ex representante de Egipto ante Naciones Unidas, y que no ha dudado en amenazar a Israel si esta decidiera llevar a cabo una operación militar en la franja.

No hay la menor duda de que la revolución egipcia ha suavizado el acoso israelí sobre Gaza y eso seguro que está permitiendo a las facciones militarizadas palestinas llevar más armamento dentro de la franja para poder defender cualquier aventura israelí sobre su territorio. De esta manera, los israelíes están viendo cómo el escenario libanés del norte se repite en el sur con el mismo dilema y las mismas preocupaciones. Si decidiesen atacar Gaza al estilo de la última operación “Plomo fundido”, primero, arriesgarían a las poblaciones de las ciudades y pueblos del sur del estado amenazados por los cohetes palestinos, segundo, no tendrían la victoria asegurada sobre todo si tuvieran que entrar por tierra lo que conllevaría pérdidas humanas, y tercero, se derrumbaría todo el esfuerzo diplomático que se está llevando a cabo para mejorar su imagen en el mundo después de los episodios sangrientos en el Líbano, en Gaza y en el mar mediterráneo con la masacre de la flotilla de la libertad todavía resonando en las relaciones con el vecino –antiguo aliado- turco.

Si finalmente deciden no atacar, le estarían dando tiempo a las milicias palestinas para que sigan armándose con misiles de más capacidad y más alcance pero ahora con una presencia iraní incómoda en el mediterráneo, algo que no ocurría en los días anteriores a la revolución del pueblo egipcio.

No hay duda de que Israel se está acordando estos días del anterior presidente de Egipto y sus generosas contribuciones al estado de Israel ya sean en temas de seguridad, de energía, pero encima de todo porque era el líder del eje de los moderados que en la anterior década ha hecho frente a los focos de resistencia anti sionista presentes y con fuerza en Oriente Medio.



Mohammed Mehdi

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sábado, 19 de marzo de 2011

Gadafi contra el Mundo.

Después de varios intentos fallidos, el consejo de seguridad de Naciones Unidas por fin tomó la decisión de apoyar al gobierno revolucionario de Benghazi privando a las milicias de Gadafi de la superioridad aérea que tenían hasta el momento contra los rebeldes del pueblo libio.
Y es posible que el discurso de Gadafi de hace tan sólo dos días prometiendo el petróleo libio a las empresas indias, chinas y rusas ha acabado por asegurar la participación de Estados Unidos que ha demostrado por enésima vez que la vida de los ciudadanos árabes les es menos valiosa que un barril de petróleo, lo cual es normal y entendible, si no fuera porque sus líderes se llenaran tanto la boca hablando de derechos humanos, de libertad y democracia y todas esas cosas bonitas que sueltan públicamente mientras puertas para dentro lo único que les mueve son sus intereses que suelen ser meramente económicos.
Ahora, la imagen libia se vuelve a complicar un poco más con la nueva resolución de la ONU y que insta a los países a intervenir en apoyo de los rebeldes justo ahora que Gadafi empezaba a saborear la victoria con sus milicias a las puertas de Benghazi, origen de la rebelión y último bastión fuerte del movimiento revolucionario además de ser la sede del nuevo gobierno libio.

Los rebeldes cometieron el error de extender su dominio con la rapidez y ligereza que lo hicieron y ahora se ven acorralados repartidos en grupos y unidades con decenas de kilómetros de separación intentando defender las ciudades y pueblos en los que se encuentran con el apoyo del pueblo porque los rebeldes son el pueblo y el pueblo libio en su amplia mayoría quiere la libertad y parece que está dispuesto a llegar hasta el último aliento para conseguirla.
Este error estratégico fue debido en primer lugar a una falta de experiencia de los militares que apoyaron la revolución del 17 de Febrero y que lideran los rebeldes en los combates añadido al afán de estos últimos que degustaron las primeras victorias en las batallas iniciales y quisieron correr y abarcar más de lo que realmente podían controlar.
No creo que Gadafi pueda entrar en Benghazi, esta ciudad tan importante que fue la mecha de esta revolución, si tenemos en cuenta que ha tardado casi 20 días y sufrido pérdidas innumerables de sus fuerzas para entrar en la ciudad de Zawya que se encuentra a tan sólo 60 km al Oeste de Trípoli. Posiblemente sea una carrera contrarreloj con el fin de ondear la bandera verde en algún punto estratégico de la ciudad rebelde para poder entregar algo a la población libia que tiene prisionera y engañada con su canal de televisión en Trípoli.


Hoy está previsto que se reúnan los países que van a participar en esta contienda en París con la asistencia de 4 países árabes que son Emiratos árabes, Jordania, Qatar y Marruecos. Este último está muy interesado -contrariamente a Argelia- en deponer al dictador Libio, ya que representa el principal apoyo que tiene y ha tenido el Polisario desde su fundación y es un escollo importante para poder llegar a un acuerdo sobre el Sáhara Occidental. Además, no es de extrañar que de los mercenarios que están masacrando a la población civil en Libia se encuentren unidades del frente Polisario tan influenciado por Gadafi que guarda rencor a la corona marroquí y a todas las monarquías del mundo árabe en general.
Ahora es preciso que los rebeldes vuelvan a recomponer sus filas, aprovechándose de la cobertura aérea internacional de la que van a disponer a partir de hoy para volver a contraatacar a las fuerzas de Gadafi y así poder recuperar los territorios perdidos durante los últimos días.


Gadafi se encuentra entre la espada y la pared, porque sus tropas se encuentran desplegadas a lo largo de toda la costa libia siendo un blanco fácil para la aviación militar occidental y porque el gobierno de Benghazi y con la intervención exterior obtiene la legitimidad que ansiaba desde el momento en que se formó.

Mohammed Mehdi

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martes, 1 de marzo de 2011

La revolución árabe y la hipocresía occidental


La dimisión del primer ministro tunecino el señor Ganushi a petición de los revolucionarios tunecinos en sus manifestaciones pacificas que todavía recorren el país pidiendo que se expulse a todos los hombres del régimen antiguo indica que el “cambio controlado” que ha expuesto Tony Blair el ex primer ministro británico, y el amigo incondicional de Israel ha sucumbido en Túnez y está en camino de hacer lo mismo en Egipto. Lo que esperamos es que el gobierno de Ahmed Shafiq que ha jurado lealtad ante el depuesto Hosni Mubarak tenga el mismo destino que su homólogo tunecino.
Occidente liderado por Estados Unidos quiere un cambio superficial, un cambio que remplace las caras pero que mantenga los regímenes y las políticas, para asegurar dos objetivos principalmente: el primero es seguir teniendo un flujo continuo de petróleo barato, y mantener a Israel como la potencia nuclear de oriente medio.
Lo que llama la atención es que las capitales europeas no han enseñado una clara connivencia con la revolución libia hasta que el petróleo dejó de fluir por debajo de la mitad lo que hacía normalmente (Libia produce y exporta 1,6 millones de barriles de petróleo al día) y hasta que el precio del petróleo haya superado los 110 dólares. Y lo que es llamativo es que la señora Clinton no se ha puesto a lado del pueblo de Bahréin, y no ha dicho ni una palabra acerca de las revueltas diarias que recorren las ciudades iraquíes tanto en Bagdad, como en Al-Anbar, Mosul u otras partes como Sulaimania en contra de la corrupción del señor Jalal Talibani y su partido político.
Que la señora Clinton no diga nada de Bahréin o Iraq tiene una relación clara con el petróleo, porque Occidente no puede, o no soporta una parada en la importación de crudo iraquí, y en menor medida el bahreiní, teniendo en cuenta la incertidumbre que acecha las reservas de petróleo libias actualmente, porque eso podría elevar el precio del crudo por encima de los 200 o 300 dólares el barril, cosa que derrumbaría todas las intentonas billonarias de sacar a la economía de Occidente de la crítica situación en la que se encuentra actualmente.
Hay que señalar al respecto que mientras la administración Obama ha enseñado una complicidad farsante con las revoluciones árabes en Túnez, libia y Egipto, sin embargo, y al mismo tiempo, no ha dudado ni un momento en utilizar el veto contra la resolución presentada por la autoridad palestina en la que se condenaba las colonias israelíes en Palestina.
En el mismo contexto, hay que señalar la frialdad americana respecto a la Intifada del pueblo yemení contra su presidente desde hace 23 años, en este caso, no podemos decir que sea por el petróleo, pero sí es causa de la guerra que Estados unidos libra en Yemen contra al Qaeda con la ayuda directa e inestimable del gobierno yemení.
Occidente sabía de antemano que el régimen libio era un régimen corrupto, con un expediente negro en derechos humanos, un régimen que ha reprimido a su pueblo y le ha privado de sus libertades y sus derechos, pero no ha dudado ni un momento en postrar la alfombra roja a Mu amar Al-Gadafi festejando sus visitas con todos los honores en la cumbre G8 que se celebró en la ciudad italiana Aquila hace sólo dos años, junto a los líderes de Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Francia, Japón, Alemania, china y Rusia, y se ha vuelto amigo intimo de Tony Blair, lo visitó Condoleezza Rice, en su Khaima de Trípoli como lo hicieron también Silvio Berlusconi y Nicolás Sarkozy y la lista es interminable.
El secreto en pasar de describir a Gadafi como un terrorista criminal a convertirse en un amigo intimo es el petróleo, el dinero libio que supera los doscientos mil millones de dólares y los contratos multimillonarios de construcción que consisten en empezar a formar la infraestructura de un país que no tiene nada de eso.
Justo en el momento en que paró El Gadafi su programa nuclear, y su arsenal de armas biológicas y químicas, cuando mantuvo contactos con los israelíes y delató la actividad del físico nuclear pakistaní Abdelkader Khan y su apoyo técnico y científico a países islámicos en el campo de la fisión, empezamos a ver su Khaima levantándose en todas las capitales europeas con las guardas revolucionarias bellas y las lecciones para enseñar la Sharía y el islam modelos europeas.
La democracia y derechos humanos y las libertades es muy importante para los líderes occidentales, pero esa importancia se diluye cuando chocan con los comerciales y el precio del petróleo. Es por ello que vimos al primer ministro británico David Cameron presentarse en la feria militar IDEX en Abu Dhabi a la cabeza de representantes de empresas armamentísticas británicas para intentar vender armamento y conseguir contratos multimillonarios con gobiernos árabes dictatoriales.
Lo que irrita, por lo menos a mí, es que el Señor Cameron daba su apoyo a la las revoluciones árabes que luchan por la democracia, mientras él intenta armar hasta los dientes a los regímenes que supuestamente intentarán sofocar las revueltas.
Las revueltas árabes que estamos viendo en Túnez, Libia, Egipto, Iraq, Yemen y Bahréin no sólo pretende tumbar regímenes dictatoriales y corruptos, sino que persigue reescribir las relaciones con Occidente y terminar con las políticas de predominio y subordinación que ha perdurado a lo largo de los últimos 30 años.
La preocupación occidental llegará a su cumbre cuando las revueltas alcancen el reino de Arabia Saudita, que produce el 40% del crudo mundial que se vería forzado a disminuir sus exportaciones (9 millones de barriles a diario), entonces sí se verá con claridad y sin duda alguna la máscara hipócrita de Occidente.
El Rey Saudí se ha adelantado a los acontecimientos y decidido dedicar 30 mil millones de dólares para reformas en concepto de becas para estudiantes, mejorar la educación y la sanidad además de generar puestos de trabajo para los desempleados. Pero lo que quiere el pueblo es una monarquía constitucional y reformas políticas y está en su derecho de pedirlo.

Traducción y resumen de artículo de AbdelBari Atwan
www.alquds.co.uk

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