Occidente liderado por Estados Unidos quiere un cambio superficial, un cambio que remplace las caras pero que mantenga los regímenes y las políticas, para asegurar dos objetivos principalmente: el primero es seguir teniendo un flujo continuo de petróleo barato, y mantener a Israel como la potencia nuclear de oriente medio.
Lo que llama la atención es que las capitales europeas no han enseñado una clara connivencia con la revolución libia hasta que el petróleo dejó de fluir por debajo de la mitad lo que hacía normalmente (Libia produce y exporta 1,6 millones de barriles de petróleo al día) y hasta que el precio del petróleo haya superado los 110 dólares. Y lo que es llamativo es que la señora Clinton no se ha puesto a lado del pueblo de Bahréin, y no ha dicho ni una palabra acerca de las revueltas diarias que recorren las ciudades iraquíes tanto en Bagdad, como en Al-Anbar, Mosul u otras partes como Sulaimania en contra de la corrupción del señor Jalal Talibani y su partido político.
Que la señora Clinton no diga nada de Bahréin o Iraq tiene una relación clara con el petróleo, porque Occidente no puede, o no soporta una parada en la importación de crudo iraquí, y en menor medida el bahreiní, teniendo en cuenta la incertidumbre que acecha las reservas de petróleo libias actualmente, porque eso podría elevar el precio del crudo por encima de los 200 o 300 dólares el barril, cosa que derrumbaría todas las intentonas billonarias de sacar a la economía de Occidente de la crítica situación en la que se encuentra actualmente.
Hay que señalar al respecto que mientras la administración Obama ha enseñado una complicidad farsante con las revoluciones árabes en Túnez, libia y Egipto, sin embargo, y al mismo tiempo, no ha dudado ni un momento en utilizar el veto contra la resolución presentada por la autoridad palestina en la que se condenaba las colonias israelíes en Palestina.
En el mismo contexto, hay que señalar la frialdad americana respecto a la Intifada del pueblo yemení contra su presidente desde hace 23 años, en este caso, no podemos decir que sea por el petróleo, pero sí es causa de la guerra que Estados unidos libra en Yemen contra al Qaeda con la ayuda directa e inestimable del gobierno yemení.
Occidente sabía de antemano que el régimen libio era un régimen corrupto, con un expediente negro en derechos humanos, un régimen que ha reprimido a su pueblo y le ha privado de sus libertades y sus derechos, pero no ha dudado ni un momento en postrar la alfombra roja a Mu amar Al-Gadafi festejando sus visitas con todos los honores en la cumbre G8 que se celebró en la ciudad italiana Aquila hace sólo dos años, junto a los líderes de Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Francia, Japón, Alemania, china y Rusia, y se ha vuelto amigo intimo de Tony Blair, lo visitó Condoleezza Rice, en su Khaima de Trípoli como lo hicieron también Silvio Berlusconi y Nicolás Sarkozy y la lista es interminable.
El secreto en pasar de describir a Gadafi como un terrorista criminal a convertirse en un amigo intimo es el petróleo, el dinero libio que supera los doscientos mil millones de dólares y los contratos multimillonarios de construcción que consisten en empezar a formar la infraestructura de un país que no tiene nada de eso.
Justo en el momento en que paró El Gadafi su programa nuclear, y su arsenal de armas biológicas y químicas, cuando mantuvo contactos con los israelíes y delató la actividad del físico nuclear pakistaní Abdelkader Khan y su apoyo técnico y científico a países islámicos en el campo de la fisión, empezamos a ver su Khaima levantándose en todas las capitales europeas con las guardas revolucionarias bellas y las lecciones para enseñar la Sharía y el islam modelos europeas.
La democracia y derechos humanos y las libertades es muy importante para los líderes occidentales, pero esa importancia se diluye cuando chocan con los comerciales y el precio del petróleo. Es por ello que vimos al primer ministro británico David Cameron presentarse en la feria militar IDEX en Abu Dhabi a la cabeza de representantes de empresas armamentísticas británicas para intentar vender armamento y conseguir contratos multimillonarios con gobiernos árabes dictatoriales.
Lo que irrita, por lo menos a mí, es que el Señor Cameron daba su apoyo a la las revoluciones árabes que luchan por la democracia, mientras él intenta armar hasta los dientes a los regímenes que supuestamente intentarán sofocar las revueltas.
Las revueltas árabes que estamos viendo en Túnez, Libia, Egipto, Iraq, Yemen y Bahréin no sólo pretende tumbar regímenes dictatoriales y corruptos, sino que persigue reescribir las relaciones con Occidente y terminar con las políticas de predominio y subordinación que ha perdurado a lo largo de los últimos 30 años.
La preocupación occidental llegará a su cumbre cuando las revueltas alcancen el reino de Arabia Saudita, que produce el 40% del crudo mundial que se vería forzado a disminuir sus exportaciones (9 millones de barriles a diario), entonces sí se verá con claridad y sin duda alguna la máscara hipócrita de Occidente.
El Rey Saudí se ha adelantado a los acontecimientos y decidido dedicar 30 mil millones de dólares para reformas en concepto de becas para estudiantes, mejorar la educación y la sanidad además de generar puestos de trabajo para los desempleados. Pero lo que quiere el pueblo es una monarquía constitucional y reformas políticas y está en su derecho de pedirlo.
Traducción y resumen de artículo de AbdelBari Atwan
www.alquds.co.uk
Muchas gracias por haber rescatado este artículo tan interesante, espejo de la realidad que todos saben y muy pocos quieren admitir, al menos por aquí, en los países occidentales. La hipocresía actual me preocupa, ya que la veo diariamente y poco o nada puedo hacer pero más me preocupa que el pueblo de estos países no puedan actuar en consecuencia de su propia voluntad, estando bajo la mirada furtiva de los peces gordos que siguen intentando sacar el mejor provecho de sus recursos, sin importarles en absoluto que las victimas sean vidas humanas destinadas a sufrir. Desafortunadamente creo que restablecer el orden y la libertad en todos estos países arabes no compite solo a sus propios habitantes sino también a todo el mundo que deberia despertar de su sueño de princesita de cuento de hadas y hacer con que sus propios líderes se posicionen y apoyen a dicha libertad de elección. Claro esta que todo seria más fácil si no vivieramos en falsas democracias que nos engañan haciéndonos creernos libres cuando somos esclavos de voluntades ajenas.
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