Después de varios intentos fallidos, el consejo de seguridad de Naciones Unidas por fin tomó la decisión de apoyar al gobierno revolucionario de Benghazi privando a las milicias de Gadafi de la superioridad aérea que tenían hasta el momento contra los rebeldes del pueblo libio.
Y es posible que el discurso de Gadafi de hace tan sólo dos días prometiendo el petróleo libio a las empresas indias, chinas y rusas ha acabado por asegurar la participación de Estados Unidos que ha demostrado por enésima vez que la vida de los ciudadanos árabes les es menos valiosa que un barril de petróleo, lo cual es normal y entendible, si no fuera porque sus líderes se llenaran tanto la boca hablando de derechos humanos, de libertad y democracia y todas esas cosas bonitas que sueltan públicamente mientras puertas para dentro lo único que les mueve son sus intereses que suelen ser meramente económicos.
Ahora, la imagen libia se vuelve a complicar un poco más con la nueva resolución de la ONU y que insta a los países a intervenir en apoyo de los rebeldes justo ahora que Gadafi empezaba a saborear la victoria con sus milicias a las puertas de Benghazi, origen de la rebelión y último bastión fuerte del movimiento revolucionario además de ser la sede del nuevo gobierno libio.
Los rebeldes cometieron el error de extender su dominio con la rapidez y ligereza que lo hicieron y ahora se ven acorralados repartidos en grupos y unidades con decenas de kilómetros de separación intentando defender las ciudades y pueblos en los que se encuentran con el apoyo del pueblo porque los rebeldes son el pueblo y el pueblo libio en su amplia mayoría quiere la libertad y parece que está dispuesto a llegar hasta el último aliento para conseguirla.
Este error estratégico fue debido en primer lugar a una falta de experiencia de los militares que apoyaron la revolución del 17 de Febrero y que lideran los rebeldes en los combates añadido al afán de estos últimos que degustaron las primeras victorias en las batallas iniciales y quisieron correr y abarcar más de lo que realmente podían controlar.
No creo que Gadafi pueda entrar en Benghazi, esta ciudad tan importante que fue la mecha de esta revolución, si tenemos en cuenta que ha tardado casi 20 días y sufrido pérdidas innumerables de sus fuerzas para entrar en la ciudad de Zawya que se encuentra a tan sólo 60 km al Oeste de Trípoli. Posiblemente sea una carrera contrarreloj con el fin de ondear la bandera verde en algún punto estratégico de la ciudad rebelde para poder entregar algo a la población libia que tiene prisionera y engañada con su canal de televisión en Trípoli.
Hoy está previsto que se reúnan los países que van a participar en esta contienda en París con la asistencia de 4 países árabes que son Emiratos árabes, Jordania, Qatar y Marruecos. Este último está muy interesado -contrariamente a Argelia- en deponer al dictador Libio, ya que representa el principal apoyo que tiene y ha tenido el Polisario desde su fundación y es un escollo importante para poder llegar a un acuerdo sobre el Sáhara Occidental. Además, no es de extrañar que de los mercenarios que están masacrando a la población civil en Libia se encuentren unidades del frente Polisario tan influenciado por Gadafi que guarda rencor a la corona marroquí y a todas las monarquías del mundo árabe en general.
Ahora es preciso que los rebeldes vuelvan a recomponer sus filas, aprovechándose de la cobertura aérea internacional de la que van a disponer a partir de hoy para volver a contraatacar a las fuerzas de Gadafi y así poder recuperar los territorios perdidos durante los últimos días.
Gadafi se encuentra entre la espada y la pared, porque sus tropas se encuentran desplegadas a lo largo de toda la costa libia siendo un blanco fácil para la aviación militar occidental y porque el gobierno de Benghazi y con la intervención exterior obtiene la legitimidad que ansiaba desde el momento en que se formó.
Mohammed Mehdi
Y es posible que el discurso de Gadafi de hace tan sólo dos días prometiendo el petróleo libio a las empresas indias, chinas y rusas ha acabado por asegurar la participación de Estados Unidos que ha demostrado por enésima vez que la vida de los ciudadanos árabes les es menos valiosa que un barril de petróleo, lo cual es normal y entendible, si no fuera porque sus líderes se llenaran tanto la boca hablando de derechos humanos, de libertad y democracia y todas esas cosas bonitas que sueltan públicamente mientras puertas para dentro lo único que les mueve son sus intereses que suelen ser meramente económicos.
Ahora, la imagen libia se vuelve a complicar un poco más con la nueva resolución de la ONU y que insta a los países a intervenir en apoyo de los rebeldes justo ahora que Gadafi empezaba a saborear la victoria con sus milicias a las puertas de Benghazi, origen de la rebelión y último bastión fuerte del movimiento revolucionario además de ser la sede del nuevo gobierno libio.
Los rebeldes cometieron el error de extender su dominio con la rapidez y ligereza que lo hicieron y ahora se ven acorralados repartidos en grupos y unidades con decenas de kilómetros de separación intentando defender las ciudades y pueblos en los que se encuentran con el apoyo del pueblo porque los rebeldes son el pueblo y el pueblo libio en su amplia mayoría quiere la libertad y parece que está dispuesto a llegar hasta el último aliento para conseguirla.
Este error estratégico fue debido en primer lugar a una falta de experiencia de los militares que apoyaron la revolución del 17 de Febrero y que lideran los rebeldes en los combates añadido al afán de estos últimos que degustaron las primeras victorias en las batallas iniciales y quisieron correr y abarcar más de lo que realmente podían controlar.
No creo que Gadafi pueda entrar en Benghazi, esta ciudad tan importante que fue la mecha de esta revolución, si tenemos en cuenta que ha tardado casi 20 días y sufrido pérdidas innumerables de sus fuerzas para entrar en la ciudad de Zawya que se encuentra a tan sólo 60 km al Oeste de Trípoli. Posiblemente sea una carrera contrarreloj con el fin de ondear la bandera verde en algún punto estratégico de la ciudad rebelde para poder entregar algo a la población libia que tiene prisionera y engañada con su canal de televisión en Trípoli.
Hoy está previsto que se reúnan los países que van a participar en esta contienda en París con la asistencia de 4 países árabes que son Emiratos árabes, Jordania, Qatar y Marruecos. Este último está muy interesado -contrariamente a Argelia- en deponer al dictador Libio, ya que representa el principal apoyo que tiene y ha tenido el Polisario desde su fundación y es un escollo importante para poder llegar a un acuerdo sobre el Sáhara Occidental. Además, no es de extrañar que de los mercenarios que están masacrando a la población civil en Libia se encuentren unidades del frente Polisario tan influenciado por Gadafi que guarda rencor a la corona marroquí y a todas las monarquías del mundo árabe en general.
Ahora es preciso que los rebeldes vuelvan a recomponer sus filas, aprovechándose de la cobertura aérea internacional de la que van a disponer a partir de hoy para volver a contraatacar a las fuerzas de Gadafi y así poder recuperar los territorios perdidos durante los últimos días.
Gadafi se encuentra entre la espada y la pared, porque sus tropas se encuentran desplegadas a lo largo de toda la costa libia siendo un blanco fácil para la aviación militar occidental y porque el gobierno de Benghazi y con la intervención exterior obtiene la legitimidad que ansiaba desde el momento en que se formó.
Mohammed Mehdi
Comparto tu opinión. Los motivos de la intervención en Libia me quedan muy claros a pesar de las palabras que hemos oído en los medios de comunicación. De todos modos ahora mismo ya no hay otra solución. Solo espero que el pueblo libio consiga lo que realmente desea para su país y que puedan decidir libremente sobre su futuro.
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