La escena política en Egipto estos días y desde hace unos meses gira sobre la sucesión al “trono” del presidente Hosni Mubarak. El hombre que gobierna el país con puño de hierro desde 1981 tiene ya 82 años y su mal estado de salud no pasa desapercibido a nadie ni dentro ni fuera del país.
Y es que a un año de celebrarse las elecciones presidenciales (Noviembre de 2011), el presidente todavía no ha afirmado si se va a presentar como candidato ni ha presentado a ninguna persona para que le suceda.
Desde hace un tiempo, el hijo banquero Jamal Mubarak (1963) ha salido a la escena política en su intento de imponerse como una continuación al estilo de su padre. Ayudado en multitud de ocasiones por gestos y palabras del todavía presidente que sabe que para su proyecto de “sucesión hereditaria” cuenta con el apoyo del partido nacional democrático (partido gobernante) pero con una clara oposición del ejército que exigen a una persona con historial militar para el puesto de presidente como dicta la revolución de 1952.
Desde luego, cuenta con la oposición de la mayoría del pueblo egipcio, pero eso hace tiempo que no le preocupa a Mubarak.
Junto a Mubarak hijo, hay dos aspirantes que cuentan cada uno con un apoyo importante en el país. Por una parte, tenemos al general Omar Suleiman (1936), jefe de los servicios secretos egipcios y hombre fuerte de Hosni Mubarak, responsable de asuntos importantes para la seguridad nacional del país tales como la relación con Hamas (considerado por Egipto como una extensión en la franja de Gaza del grupo de los hermanos musulmanes prohibido en el país) y las negociaciones (hasta el momento fallidas) entre las facciones palestinas de Hamas y Fatah.
La otra opción es el premio Nobel de la Paz Mohamed El-Baradei (1942), mucho más conocido por la comunidad internacional porque fue el presidente de la Agencia Internacional de Energía Atómica durante el ataque de Estados Unidos a Irak. Cuenta con el apoyo de la base popular y una amplia mayoría de los partidos opositores del régimen como los Hermanos Musulmanes.
El mayor problema de Egipto es que el partido gobernante esta repleto de personas con muy pocos escrúpulos capaces de hacer todo para mantener este sistema de gobierno del cual se benefician a costa del pueblo y sus desgracias. Es una clase política corrupta que extiende su mano a todos los sectores del país, ensuciando todo lo que toca.
El mejor ejemplo para ello es que medios de comunicación afines a esta corriente gobernante se han atrevido a cambiar una foto oficial de las negociaciones de paz entre palestinos e israelíes para poner la misma foto pero con el Presidente Mubarak al frente de Barak Obama, El rey de Jordania, El presidente palestino y el primer ministro israelí. Desde luego, hay que ser patético. No creo que el presidente Mubarak ordenara a hacer tal retoque a una foto que ha dado la vuelta al mundo, pero la clase política y los hombres de negocio que le rodean y se benefician de su mandato lo han organizado.
Este ejemplo ha llegado perfectamente al lector occidental porque ha habido medios que lo han citado (puede ser por la gravedad o por la rareza del asunto), pero como este suceso, hay otros tan raros y extraños que no interesan a los medios occidentales.
Otro ejemplo, El mes de Ramadán pasado hubo mucho descontento entre sectores de la población que vieron como en pleno mes sagrado se quedaban sin electricidad durante varias horas al día y otras tantas por la noche. En realidad, Esto no sería noticia en otro país que se cuenta como país en vías de desarrollo. Pero si tenemos en cuenta que Egipto tiene grandes reservas de petróleo y gas y que estos bienes naturales son vendidos a Israel (Estado con el que estuvo en guerra en 1956, 1967 y 1973) y además por un precio aproximadamente 10 veces menor del precio de mercado internacional la cosa cambia.
Además de todo lo anterior, Israel en vez de agradecer al presidente egipcio estos regalos (sin precedentes en el mundo entero) se dedica a promover inversiones y ayudas en los países dónde se encuentra la fuente del Nilo para que creen grandes presas hidráulicas a fin de beneficiarse del agua y limitar la llegada de este a Egipto comprometiendo seriamente la seguridad alimenticia (y nacional) de Egipto que depende en un 95% de las aguas de Nilo para abastecerse.
Es muy curioso ver en nuestros tiempos en lo que se ha convertido la revolución más importante en el mundo árabe como fue la de los generales libres de Egipto de 1952 y que derrocó al rey Faruk de Egipto trayendo a Gamal Abdel Nasser, el líder árabe más importante del siglo XX y en el que se inspiraron muchos otros como Gaddafi o Saddam Hussein.
La corrupción y la ausencia absoluta de cualquier tipo de democracia en Egipto explican en gran medida la situación desastrosa en la que vive el mundo árabe, puesto que Egipto es el país árabe más influyente y más grande. Y si Egipto esta mal, el mundo árabe estará mal o peor.
Es urgente que el pueblo Egipcio tome las riendas del poder realmente y elija al líder que pueda solucionar sus problemas económicos y sociales, que haga que se normalicen las relaciones con todas las capitales del mundo árabe y musulmán incluyendo Irán.
Sólo así se podrán emprender proyectos de unión en el mundo árabe e islámico que nos hagan fuertes a ojos del mundo entero.
viernes, 24 de septiembre de 2010
Brevemente sobre las próximas elecciones presidenciales de Egipto
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