El gobierno iraní ha demostrado una capacidad increíble en marear la perdiz y ganar tiempo cuando ha tenido que hacer frente a las presiones americanas e israelís con respecto a su programa nuclear y las demandas para autorizar una inspección de todas sus instalaciones nucleares y parar el enriquecimiento de uranio. Es por ello que el último acuerdo para un intercambio de uranio en tierras turcas no es ninguna sorpresa.
Irán ha ganado esta batalla, y marcó un gol decisivo en la portería americana e israelí al firmar el acuerdo con Turquía y Brasil en los últimos minutos antes de que Estados Unidos consiguiera aprobar un nuevo paquete de sanciones económicas contra el régimen islámico.
Irán sabe jugar sus papeles en el tiempo indicado sin perder sus posiciones estratégicas. Su aceptación de intercambio de 1200 kg de uranio poco enriquecido a cambio de 120 kg de combustible nuclear al 20% para uso científico, sin comprometerse a parar el enriquecimiento de uranio (que sigue con fuerza estos días) ha cambiado todas las escenas y ha dado a Rusia y China un buen motivo para vetar cualquier nueva sanción que Estados Unidos quiera imponer en la ONU.
La diplomacia americana para apoyar sanciones contra el régimen de los ayatolás a recibido un duro golpe. Aunque no definitivo. No en vano, este acuerdo es el mismo que ha ofrecido Estados Unidos y Francia anteriormente con la variante del país donde se va a efectuar tal intercambio, en este caso, Turquía.
Es normal que la administración americana -sorprendida por el acuerdo- , dude de este acuerdo, y de las intenciones iranís que hay detrás de él, incluso de las posibilidades de que tal acuerdo vaya a tener éxito, recordando que Irán no cumplió con acuerdos similares anteriores.
Robert Gates, portavoz de la casa blanca ha asegurado que el hecho de que Irán transporte su uranio fuera de su país es un paso positivo pero ha recordado que seguir enriqueciendo uranio al 20% es un atentado directo a las decisiones del consejo de seguridad internacional.
Los que conocen los entresijos de la diplomacia iraní dicen que las autoridades iranís disfrutan de una visión realista que les permite dar un paso atrás en el último momento y recuerdan como Khomeini aceptó un acuerdo de cese de hostilidades con Iraq después de ocho años de guerra y su famosa frase de que fue: “un acuerdo como una vaso de veneno que me lo tomo forzadamente”.
El acuerdo con Turquía y Brasil ha sido un paso atrás iraní que refleja una visión realista y política calculada de una manera precisa. Podemos notar su importancia al ver el estado de duda en la que vive la parte occidental con Estados Unidos a la cabeza más Israel, Francia, Alemania e Italia además de otros menos importantes entre ellos países árabes del Golfo Pérsico.
0 comentarios:
Publicar un comentario