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martes, 10 de julio de 2012

El presidente Morsi menosprecia a Netanyahu

Las autoridades israelíes tienen miedo de la posibilidad de un cambio radical y real en la postura de la presidencia de Egipto hacia el tratado de Camp David y la cooperación en materia de seguridad entre los dos países, después de que el candidato de los hermanos musulmanes, el Doctor Mohamed Morsi fuera elegido presidente de Egipto.

Los temores de Israel están justificados, y esos temores han comenzado a convertirse en realidad sólo dos días después de que el doctor Morsi jurara el cargo tres veces ante el pueblo egipcio, siendo el más importante y significativo de ellos en la Plaza Tahrir del Cairo.

La semana pasada, los periódicos israelíes revelaron que el doctor Morsi se ha negado a recibir una llamada telefónica de felicitación del primer ministro de Israel Benyamin Netanyahu. Los mismos periódicos informaron de que Morsi, incluso rechazó la mediación de Estados Unidos sobre este tema. Netanyahu, que ha sido conocido por su arrogancia y soberbia en el trato con los ex funcionarios egipcios, y el depuesto presidente, Hosni Mubarak, en particular, se vio obligado a tragarse su orgullo y se conformó con el envío de un mensaje de felicitación al nuevo presidente de Egipto. En ella, expresó su esperanza de que el doctor Morsi mantenga el tratado de paz de Camp David “en beneficio de los dos países", y reanude la cooperación entre Egipto e Israel en todas las áreas de interés. Esta acción del nuevo presidente de Egipto, es un signo claro de un cambio radical, al menos en las formas, en el "nuevo Egipto", sobre todo en relación con el conflicto árabe-israelí, después de casi 40 años de paz fría que solamente ha servido para proporcionar seguridad y estabilidad a Israel.

Morsi tiene el derecho de rechazar la llamada de Netanyahu porque ha sido el elegido por su pueblo mediante elecciones libre, porque es un hombre honesto y de buena reputación cuyo poder se basa en una nación con una población de 90 millones de población y que cuenta con una institución militar fuerte y arraigada además de un legado cultural y una civilización de 8000 años de historia. Por otra parte, Netanyahu es primer ministro de un Estado fundado hace tan sólo 64 años a base de robar y expropiar tierras y derechos de otros pueblos, además de ser un estado incapaz de sobrevivir sin ayuda exterior, principalmente de EE.UU.


Seguramente, el nuevo presidente de Egipto no podrá modificar o cancelar el tratado de Camp David a corto plazo, ya que hay varias prioridades mucho más importantes, como la economía y la seguridad. Pero lo que sí está claro es que Egipto no permanecerá en silencio frente a los insultos israelíes, ya sea por futuras maniobras en Gaza o por violaciones de la soberanía nacional de Egipto en el desierto del Sinaí.


El gobierno israelí ha dedicado 15 billones de shekels (unos US $ 4 mil millones) para aumentar la presencia militar en las fronteras de Israel con Egipto, y algunos informes dicen que el presupuesto militar de Israel tendrá un incremento del 30 por ciento en el caso de que se tenga el presentimiento de que este acuerdo de paz no va a continuar en los mismos términos de ahora. Y es que Egipto es el único estado árabe en la región que tiene el potencial para crear un equilibrio estratégico entre los árabes e Israel, y es también un poder enorme que podría liderar a los árabes para recuperar los derechos de 5 millones de palestinos que viven bajo ocupación militar extranjera desde hace más de 64 años.


En sus primeros discursos, el doctor Morsi reiteró que el tiempo de la subordinación a las potencias extranjeras había terminado, y que la libertad de Egipto, el orgullo y la dignidad habían vuelto gracias sobre todo a la revolución del 25 de Enero.


 El mensaje de Morsi ha sido recibido por Israel y los Estados Unidos, y los dos países entienden el significado de este mensaje. El Dr. Morsi, que una vez fue presidente del movimiento anti-sionista y la comisión en contra de la normalización de relaciones en Egipto, nunca renunciará a las creencias de la mayoría inmensa del pueblo egipcio.

Fuente: Alquds Alarabi  

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