El periódico The Guardian reveló que los funcionarios en el gobierno iraquí recibieron sobornos de una empresa británica para poder seguir vendiendo productos aditivos del petróleo a pesar de que su uso causa graves problemas de saludo a los niños.
En la edición del día de hoy, el periódico dice que el ex presidente de la empresa química británica se enfrenta ahora a una posible extradición a los Estados Unidos después de que la empresa admitiera el pago de millones de dólares en sobornos a funcionarios iraquíes para que puedan seguir vendiendo sus productos tóxicos en Iraq.
Paul Jennings, hasta el año pasado director ejecutivo de la química Octel trabaja cerca de Ellesmere Port, Merseyside, y su predecesor, Dennis Kerrison, exportó toneladas de plomo tetra etilo (TEL), a Iraq. La sustancia TEL está prohibido para los automóviles en los países occidentales debido a sus vínculos con daños cerebrales en los niños. Iraq es uno de los pocos países que todavía permite añadir plomo a la gasolina.
Recientemente, la compañía admitió que, en una política deliberada para maximizar las ganancias, los ejecutivos de Octel - que desde ese momento cambió su nombre a Innospec - sobornaron a funcionarios en Iraq e Indonesia, con millones de dólares para permitir el uso del TEL, a pesar de sus peligros para la salud.
El distribuidor de la empresa, el libanés Osama Numan fue extraditado a los Estados Unidos, donde esta semana accedió a declararse culpable y cooperar con los interrogatorios.
Jennings, ahora director financiero de la empresa con sede en Birmingham, dijo que no podía hacer comentarios debido a que "actualmente hay investigaciones en el Reino Unido y los EE.UU. sobre la conducta de un número de individuos conectados con Innospec".
Los niños de Iraq son las víctimas más graves de la utilización de armas prohibidas por las fuerzas de EE.UU durante la guerra de 1991 y 2003 y los conflictos que siguieron después de la ocupación sobre todo en la batalla de Faluya en noviembre de 2004.
0 comentarios:
Publicar un comentario