martes, 28 de septiembre de 2010
Brevemente sobre el resultado del referéndum de Turquía
Es una paso más añadido a los marcados por el anterior primer ministro y líder islámico Najmeddin Erbakan, después de que la exitosa invasión de Occidente demoliera los cimientos del último califato islámico en 1924 y después de la exclusión del Islam del gobierno junto con el desmantelamiento de los elementos de carácter islámico en el país, poniendo a Europa como referencia a seguir.
En todos estos años y siempre y cuando soplaban aires de cambio mediante los elementos democráticos que permitía la constitución turca, la junta militar no dudo ni un momento en volver a practicar lo que se convirtió en una adicción ejerciendo un control sobre la sociedad y el estado mediante golpes de estado e imponiendo constituciones que velaban por su supremacía y la formación de un núcleo duro que manejaba el país desde la discreción.
viernes, 24 de septiembre de 2010
Brevemente sobre las próximas elecciones presidenciales de Egipto
La escena política en Egipto estos días y desde hace unos meses gira sobre la sucesión al “trono” del presidente Hosni Mubarak. El hombre que gobierna el país con puño de hierro desde 1981 tiene ya 82 años y su mal estado de salud no pasa desapercibido a nadie ni dentro ni fuera del país.
Y es que a un año de celebrarse las elecciones presidenciales (Noviembre de 2011), el presidente todavía no ha afirmado si se va a presentar como candidato ni ha presentado a ninguna persona para que le suceda.
Desde hace un tiempo, el hijo banquero Jamal Mubarak (1963) ha salido a la escena política en su intento de imponerse como una continuación al estilo de su padre. Ayudado en multitud de ocasiones por gestos y palabras del todavía presidente que sabe que para su proyecto de “sucesión hereditaria” cuenta con el apoyo del partido nacional democrático (partido gobernante) pero con una clara oposición del ejército que exigen a una persona con historial militar para el puesto de presidente como dicta la revolución de 1952.
Desde luego, cuenta con la oposición de la mayoría del pueblo egipcio, pero eso hace tiempo que no le preocupa a Mubarak.
Junto a Mubarak hijo, hay dos aspirantes que cuentan cada uno con un apoyo importante en el país. Por una parte, tenemos al general Omar Suleiman (1936), jefe de los servicios secretos egipcios y hombre fuerte de Hosni Mubarak, responsable de asuntos importantes para la seguridad nacional del país tales como la relación con Hamas (considerado por Egipto como una extensión en la franja de Gaza del grupo de los hermanos musulmanes prohibido en el país) y las negociaciones (hasta el momento fallidas) entre las facciones palestinas de Hamas y Fatah.
La otra opción es el premio Nobel de la Paz Mohamed El-Baradei (1942), mucho más conocido por la comunidad internacional porque fue el presidente de la Agencia Internacional de Energía Atómica durante el ataque de Estados Unidos a Irak. Cuenta con el apoyo de la base popular y una amplia mayoría de los partidos opositores del régimen como los Hermanos Musulmanes.
El mayor problema de Egipto es que el partido gobernante esta repleto de personas con muy pocos escrúpulos capaces de hacer todo para mantener este sistema de gobierno del cual se benefician a costa del pueblo y sus desgracias. Es una clase política corrupta que extiende su mano a todos los sectores del país, ensuciando todo lo que toca.
El mejor ejemplo para ello es que medios de comunicación afines a esta corriente gobernante se han atrevido a cambiar una foto oficial de las negociaciones de paz entre palestinos e israelíes para poner la misma foto pero con el Presidente Mubarak al frente de Barak Obama, El rey de Jordania, El presidente palestino y el primer ministro israelí. Desde luego, hay que ser patético. No creo que el presidente Mubarak ordenara a hacer tal retoque a una foto que ha dado la vuelta al mundo, pero la clase política y los hombres de negocio que le rodean y se benefician de su mandato lo han organizado.
Este ejemplo ha llegado perfectamente al lector occidental porque ha habido medios que lo han citado (puede ser por la gravedad o por la rareza del asunto), pero como este suceso, hay otros tan raros y extraños que no interesan a los medios occidentales.
Otro ejemplo, El mes de Ramadán pasado hubo mucho descontento entre sectores de la población que vieron como en pleno mes sagrado se quedaban sin electricidad durante varias horas al día y otras tantas por la noche. En realidad, Esto no sería noticia en otro país que se cuenta como país en vías de desarrollo. Pero si tenemos en cuenta que Egipto tiene grandes reservas de petróleo y gas y que estos bienes naturales son vendidos a Israel (Estado con el que estuvo en guerra en 1956, 1967 y 1973) y además por un precio aproximadamente 10 veces menor del precio de mercado internacional la cosa cambia.
Además de todo lo anterior, Israel en vez de agradecer al presidente egipcio estos regalos (sin precedentes en el mundo entero) se dedica a promover inversiones y ayudas en los países dónde se encuentra la fuente del Nilo para que creen grandes presas hidráulicas a fin de beneficiarse del agua y limitar la llegada de este a Egipto comprometiendo seriamente la seguridad alimenticia (y nacional) de Egipto que depende en un 95% de las aguas de Nilo para abastecerse.
Es muy curioso ver en nuestros tiempos en lo que se ha convertido la revolución más importante en el mundo árabe como fue la de los generales libres de Egipto de 1952 y que derrocó al rey Faruk de Egipto trayendo a Gamal Abdel Nasser, el líder árabe más importante del siglo XX y en el que se inspiraron muchos otros como Gaddafi o Saddam Hussein.
La corrupción y la ausencia absoluta de cualquier tipo de democracia en Egipto explican en gran medida la situación desastrosa en la que vive el mundo árabe, puesto que Egipto es el país árabe más influyente y más grande. Y si Egipto esta mal, el mundo árabe estará mal o peor.
Es urgente que el pueblo Egipcio tome las riendas del poder realmente y elija al líder que pueda solucionar sus problemas económicos y sociales, que haga que se normalicen las relaciones con todas las capitales del mundo árabe y musulmán incluyendo Irán.
Sólo así se podrán emprender proyectos de unión en el mundo árabe e islámico que nos hagan fuertes a ojos del mundo entero.
martes, 21 de septiembre de 2010
Las últimas palabras de paz en Oriente Medio.
Este paso, pronosticado por muchos, viene después de que las negociaciones indirectas entre las dos partes y que duraron unos cuántos meses fracasaran estrepitosamente.
Mucho se ha hablado los meses anteriores al comienzo de las negociaciones acerca de las presiones a los que se ha visto sometido Mahmud Abbas por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, pero el presidente –cuyo mandato ha expirado- ha insistido en que él no se sentaría con los israelíes hasta que estos congelen de por vida la construcción de asentamientos para colonos israelíes en Cisjordania.
Al final, Abbas ha tenido que bajarse del árbol al que se había subido con sus condiciones y ha accedido a sentarse con los israelíes aludiendo que tiene “el beneplácito de la Liga de Naciones Árabes”.
La clave de este cambio es muy simple. La autoridad nacional palestina se financia principalmente por dinero europeo y americano. Los asalariados que malviven de la organización de Oslo no trabajan para la autoridad palestina por convencimiento sino simplemente por el sueldo que se les ingresa mensualmente en sus cuentas bancarias.
En el momento en que le cortan el grifo a Abbas desde la “comunidad internacional”, éste perderá cualquier autoridad que pueda tener sobre los distintos órganos de gobierno en Ramallah.
De todas formas, me cuesta creer que Abbas y su equipo de “negociadores” cuenten con las suficientes herramientas para intentar imponer alguna de las condiciones que exigen para llegar a la paz. En las anteriores conversaciones entre Israel y Palestina, cuando vivía todavía Yasser Arafat, este ejercía una influencia sobre las facciones armadas de Fatah e incluso sobre Hamás. Actualmente, Abbas no cuenta con nada eso, porque Fatah se ha convertido en un partido político hecho por empresarios y hombres de negocio que no quieren saber nada de las armas. Y Hamás no rinde pleitesía sino es ante Siria e Irán que le brindan protección y armamento desde el exterior. La única arma que tiene Abbas es amenazar con parar las negociaciones y eso no es ni serio ni inteligente.
El anfitrión de las negociaciones, el premio Nobel de la Paz Barak Obama, ha perdido toda esperanza de ejercer cualquier influencia sobre Netenyahu en el asunto de los asentamientos, y como no podía ser de otra manera, ha buscado el eslabón débil del conflicto para poder juntar a israelíes y palestinos como hicieron la mayoría de sus antecesores en la Casablanca, lo cual considera importante para las próximas elecciones al Congreso.
En frente, Netenyahu busca romper el asedio y bloqueo al que esta sometida Israel después de la operación Plomo Fundido en Gaza y la matanza de la flotilla de la Libertad en aguas internacionales.
Pero no será fácil para Netenyahu convencer a su socio el extremista Lieberman a la hora de frenar la continua colonización de Cisjordania.
Hamas como parte activa en el conflicto se ha visto marginada por enésima vez de este proceso de diálogo. Hay que recordarle al lector que Hamás por muy terrorista que pueda parecerle a un “occidental”, fue elegida democráticamente por el pueblo palestino en 2005.
Europa y Estados Unidos están cometiendo un error muy grave al no tener en cuenta al 60% de los palestinos que no votaron a Mahmud Abbas ni a su partido político que lo apoya. Esto hará que cualquier acuerdo que se pacte sólo sea tinta sobre papel igual que muchas de las resoluciones de Naciones Unidas para la región, imposibles de materializar sobre el terreno.
No sé a dónde llevarán estas negociaciones ni cuanto tiempo van a durar. Pero lo que parece claro es que van a ser las últimas palabras de paz que se escuchen en Oriente Medio.
Para ser más objetivos, estas negociaciones les beneficia a todo el mundo menos a los palestinos que se aferran a 4 puntos que debe cumplir cualquier proceso de paz válido. Un estado palestino según las fronteras de 1967, Jerusalén como capital de su país, la liberación de los casi 10000 palestinos en las cárceles israelíes y la vuelta de los refugiados y exiliados a Palestina. Cualquier acuerdo que ignore estos 4 requisitos no será aceptado por la mayoría del pueblo palestino por más sueldo que se pague y por más centros comerciales que se levanten en Cisjordania. Abbas sabe eso perfectamente y los israelíes también lo saben.
Estos 4 requisitos para la paz por parte palestina chocan frontalmente con las condiciones de la parte israelí sobre todo después de las últimas elecciones celebradas en 2009.
Los israelíes quieren a Jerusalén como capital para su estado “judío” (un estado judío es aquel dónde no tienen cabida otras creencias tales como islámica o cristiana), no van a abandonar las colonias edificadas encima de suelo palestino del 67 (el actual ministro de exteriores israelí vive en una de ellas) y sobre todo nunca permitirán el retorno de los exiliados y refugiados que cuentan por millones a lo lardo de todo el mundo.
Con todo lo anterior, la paz parece imposible de lograr. A menos que se imponga desde occidente un acuerdo de paz como el de Oslo que complique aún más la situación para los próximos años.
Finalmente, Occidente se equivoca al intentar imponer una solución sobre esta cuestión sin tener en cuenta a actores tan importantes en la región como son Siria o Irán.